Su situación es incierta, toda vez que los signos económicos de nuestro país tienden actualmente a la inestabilidad
Para proponer posibles soluciones a las necesidades de las personas con discapacidad en el Distrito Federal, un grupo de especialistas de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, encabezado por la maestra Esther Zúñiga Macías, evaluó la condición de las que buscan empleo.
Los datos obtenidos a partir de una muestra representativa en el DF revelan una situación incierta, toda vez que los signos económicos del país tienden a la inestabilidad.
De acuerdo con cifras actualizadas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, noviembre de 2010), la tasa de desempleo en nuestro país alcanza 5.7%, es decir, más de dos millones de personas se encuentran sin empleo.
En cuestiones de género, según la muestra estudiada por los especialistas, hay un contraste entre las personas con discapacidad: 70% son hombres y 30% mujeres.
“Al momento del estudio, 43% de las personas con discapacidad entrevistadas tenían entre 24 y 35 años de edad. Hay que apuntar que después de los 35 años la situación se torna difícil para que consigan una plaza laboral. La quinta parte de la muestra, 20%, declaró tener 51 años de edad o más, y sólo una persona reportó contar con 57 años”, abunda Zúñiga Macías.
Las cifras anteriores forman parte de una investigación más amplia, cuyo propósito es encontrar coincidencias y deficiencias en los ámbitos público y privado, y así formular recomendaciones a las instituciones de educación media y superior, las cuales pueden concebir ventanas de oportunidad para que las personas con discapacidad aspiren a conseguir un empleo.
Física, mental y sensorial
Según este estudio, 80% de las personas con discapacidad entrevistadas adquirieron su discapacidad; y de ellas, 53% son solteras.
“En términos generales, las personas con alguna discapacidad se catalogan dentro de la categoría ‘solteros’, porque al carecer de empleo no son autosuficientes para formar una familia. Por otro lado, 80% de las que entrevistamos dijeron que eran oriundas del Distrito Federal. Todas ellas padecen alguna de las tres grandes discapacidades: física, mental y sensorial, que a su vez se divide en auditiva y visual”, agrega Zúñiga Macías.
La mayoría de quienes buscan un trabajo presentan discapacidad física, seguidos de quienes padecen discapacidad mental; no obstante, de acuerdo con la especialista, que ha estudiado esta condición en la población mexicana desde hace varias décadas, los segundos son los que tienen más limitaciones para conseguir empleo.
Hipótesis corroborada
En su estudio, los especialistas corroboraron una hipótesis de trabajo: el porcentaje de personas que adquieren alguna discapacidad por negligencias médicas es muy alto: 23%; y vieron que 80% de la gente entrevistada asistió a rehabilitación.
“Por fortuna ya se superó lo que ocurría hace tiempo: que algunos padres de menores discapacitados perdían años buscando la cura milagrosa. Iban de médico en médico y no consideraban la rehabilitación. Si no los habilitaban, mucho menos los rehabilitaban”, afirma la especialista.
Otras impactantes cifras sobre discapacidad son: sólo 23.33% de las personas con discapacidad entrevistadas son autosuficientes, económicamente hablando (la mayoría depende de su familia, que en muchos casos es la madre); 16.66% son jefes de familia y, de manera sorprendente, 46.66% dijeron tener dependientes económicos.
Por lo que corresponde a la escolaridad, 80% asistieron a escuelas regulares, es decir, no cursaron estudios en escuelas especiales; y sólo 13.33% concurrieron a ambos tipos de escuela; 10% concluyeron la educación primaria; 20%, la secundaria; 26.66% el nivel medio superior; y solamente 36.66% reportaron que cuentan con estudios de nivel superior.
“Debo aclarar que sólo dos personas podían comprobar esta última afirmación”, indica Zúñiga Macías.
A la calle
De la muestra citada se desprende que las personas con alguna discapacidad salen regularmente a la calle en busca de un puesto de trabajo; sólo 20% indicaron que no lo hacía.
Por otro lado, casi 30% reportaron alguna actividad económicamente productiva (comercializar productos, ayudar en la construcción o apoyar en las labores de alguna pequeña empresa familiar); sin embargo, algunas aseguraron tener años buscando infructuosamente un empleo.
Nueva ley
Todo parece indicar que el número de personas con discapacidad aumentará de manera significativa, por lo que se hace necesario adoptar medidas para solventar este fenómeno social.
“Cabría recordar que cuando las empresas atraviesan por periodos de crisis económicas, como ocurre hoy en nuestro país, los candidatos más viables para los recortes de personal son las personas con alguna discapacidad. Esta situación incluso está documentada ampliamente por la Organización Internacional del Trabajo”, comenta la especialista universitaria.
Ahora bien, recientemente se aprobó la nueva Ley del Distrito Federal, en la que se contempla una cuota de 5% de los puestos laborales reservados para esas personas.
En opinión de Zúñiga Macías, tendrían que establecerse mecanismos de transparencia para que las plazas de reserva sean sometidas a concurso.
“Como se ha demostrado, nuestra población con discapacidad tiene la preparación adecuada para ocupar cualquier puesto, y se espera que no haya ningún obstáculo para aplicar la ley con transparencia.
Otro punto que debe resolverse es el de los criterios para certificar la discapacidad. En este momento no se tienen los baremos (cálculos matemáticos para facilitar la lectura de ciertas mediciones) que permitan concluir quién puede incluirse en un programa de este tipo.
Se tiene que delimitar el concepto ‘discapacidad’, independientemente de los criterios que se tengan para la certificación”, dice.
Más información en el siguiente correo electrónico: ezuniga@servidor.unam.mx. (Rafael López)
* Fuente: Nota publicada este jueves 31 de marzo de 2011 en el periódico El Universal.
Redacción /Infoinclusión
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